Freitag, Mai 05, 2006

Una espiral nunca termina

Finalmente puedo sentarme a escribir. Realmente no me gusta pasar por las semanas de exámenes, pero no hay mucho que se le pueda hacer.

El primero de mayo ocurrió el tan esperado boycott económico que pondría a Estados Unidos de rodillas, cosa que no pasó. No puedo negar que me agradaba la idea, tenía ciertas esperanzas cifradas en ese día, siempre me había parecido una excelente manera de presionar a la sociedad y al gobierno estadounidense. Y llegó el día y cientos de miles salieron a las calles, y no se presentaron en sus trabajos. Pero muchos otros sí se presentaron ya sea porque no apoyaban la medida o porque tenían miedo de ser despedidos. Sin embargo varias empresas grandes cerraron algunas plantas y muchas más dieron permiso a sus trabajadores para ir a las marchas. ¿De qué nos habla esto? de muchas cosas, pero hay 2 que me gustaría resaltar. En primer lugar, estas empresas tuvieron el tiempo necesario para hacer frente a una reducción en su capacidad de producción, e hicieron una buena planeación. Lo encuentro como un excelente ejemplo de lo que es la manufactura flexible, o incluso los negocios flexibles, ya que había muchos restoranes que tenían sus planes de contingencia y que no tuvieron que usar, al final del día. Una empresa debe poder responder a cambios repentinos del mercado, a eventualidades, y poder seguir operando; es el reto que se les presenta ahora en esta época de globalización. Las empresas deben dejar de pensar en recibir protecciones y concentrarse en hacer frente a lo que venga; estamos siendo testigos de una rápida evolución en la forma de hacer negocios que no parece dar marcha atrás.

El otro punto, es que las empresas estadounidenses, al brindar respaldo a sus trabajadores para asistir a las manifestaciones, sienten aprecio por sus trabajadores inmigrantes. Y esto no lo digo en una forma emocional, no hay emociones metidas en esto, si no que si se tiene una fuerza laboral barata, capaz y comprometida, dudo que se quisiera dejar ir. Vemos que la demanda de trabajadores existe, y los trabajadores están ahí, listos para brindar sus servicios.

Los tratados de libre comercio permiten que la mayoría de los productos transiten libremente entre los paises. Pero estos mismos tratados han fallado en permitir que las personas también lo hagan. Así como hay un mercado de productos también hay un mercado laboral,que es dinámico y que exige que este flujo de personas ocurra. Pero no se permite, y eso genera muchas tensiones. ¿Por qué dejamos que los productos y servicios se batan en una pelea encarnizada por el mercado, pero no permitimos que lo hagan las personas?, tal vez por eso mismo, hemos visto lo que ocurre con productos que no tienen éxito, desaparecen, y da miedo. Un efecto directo de la globalización de las plazas laborales es el estancamiento e incluso reducción de los sueldos. Siempre habrá una persona que oferte sus servicios más barato, aunque hay muchos otros factores que entran en la ecuación que pueden hacer caros a estos trabajadores. Pero aunque no nos guste, es algo que tiene que suceder, y de preferencia rápido. El libre flujo, de todo, TODO, es el futuro y es la solución, desde mi punto de vista.

Y con eso regresamos a las marchas. Estas personas exigen que se les deje quedar, que se les respeten sus derechos, pero algo muy importante, quieren ser ciudadanos. En un mercado global, una persona no debería que estarse naturalizando a cada país que va, a cada lugar que lo llama. Una persona debería poder gozar de derechos en donde quiera que se encuentre. Y no los derechos que le brinda su patria natal, eso es soberbio, eso lleva a nacionalísmos inútiles y a atentados contra la soberanía de cada país que causan que nos razguemos las vestiduras (oh sí!). Una persona que ingresa a un país debería poder gozar de los derechos que ese país le brinda, así como de sus obligaciones, y respetar sus leyes en todo momento. Algo así como un ciudadano de facto. Pero, ¿cómo podría gozar de derechos y de beneficios una persona que acaba de llegar?, esta persona no paga impuestos, no hace declaraciones al fisco, es una carga para la sociedad que visita. ¿Cómo garantizarle derechos?. Muy fácil, haciéndolo pagar. Hay muchas personas que aunque son ciudadanos y gozan de derechos, y de estados de beneficiencia, no pagan impuestos. También son cargas para la sociedad, para sú sociedad. También hay que hacerlos pagar. Y la única forma de hacerlo es con impuestos al consumo, el famoso IVA. El impuesto al consumo es la manera más efectiva, democrática y justa de hacer que todo el que esté en un territorio pague impuestos. Muchas voces se levantan contra esta medida, pues dicen que es cargarse sobre las personas que menos tiene. Es probable, pero se pueden tomar acciones que contrarresten este lado oscuro del IVA. Por ejemplo se puede excentar de l impuesto sobre la renta a todas las personas que perciban menos de X cantidad de salario. Además el objetivo de percibir impuestos es el de poder brindar servicios públicos, además de proteger y subsanar los huecos que el libre mercado genera dentro de la sociedad. Un buen ejemplo es el programa Oportunidades, evolución del tristemente célebre Solidaridad, pasando por Progresa. Los gobiernos deben poder apoyar y cuidar a su población, sobre todo en estas épocas de carnicería mercantil, pero no a través del proteccionismo, no a través del subsidio, sino a través de lograr que la población tenga los medios para salir adelante.

Ya por último, traducir el hímno estadounidense es una soberana tontería. Si los inmigrantes desean ser ciudadanos y sentirse "americanos" (debo decir que detesto, repudio esa expresión con toda mi alma) entonces deben convertirse en ciudadanos del vecino país. Y cantar su himno en inglés. Los mexicanos manejamos una doble moral, (bueno tal vez todo el mundo lo haga) en donde queremos que se nos respete y se nos dignifique a donde vayamos, pero no guardamos las mismas cortesías. No puedo imaginar el glorioso himno mexicano traducido al francés, al inglés o peor aún, al mandarín. Es en español y punto, es un símbolo patrio y debe ser respetado como tal. También me imagino que si viéramos una manifestación llena de banderas argentinas o españolas o canadienses, tal vez no nos haría mucha gracia. Por más que me desagrade, Tancredo no está tan equivocado, al menos en eso, todo lo demás que propone también son falacias. Y esque, los estamos colonizando, de eso no hay duda, pero hay que ser un poco más discretos, para que sea toda una sopresa cuando nos reanexemos ese territorio. Por cierto un gran reconocimeinto a todos los que trabajan del otro lado, son uno de los pilares más fuertes e importantes de esta economía, y del desarrollo regional. Es una bonita simbiosis que quiere ser demolida por la política del miedo que impera del otro lado.

3 Comments:

At 7:27 PM, Anonymous Anonym said...

Muy interesante su punto de vista y la verdad concuerdo con bastante ideas que plantea. Me parece que está usted lo bastante bien informado para poder realizar un análisis de lo ocurrido, lo cual también me parece muy admirable, pues muchas personas comentamos sin estar bien informados, lo que hace de cierto modo inválida nuestra opinión... Bien por usted!!!

 
At 8:20 AM, Anonymous Anonym said...

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At 6:07 PM, Anonymous Anonym said...

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