Freitag, Januar 26, 2007

Maybe it will heal my soul

Hace no mucho tuvo lugar el deceso de Milton Friedman. ¿Qué quién era ese? Ah pues un importante economista ganador del premio Nobel de economía (a que no se imaginaban que fuera de eso) de 1976. Su muerte ha generado varios reportajes tanto en los periódicos como en algunas publicaciones. Friedman bogaba por una menor intervención estatal en la economía y por la libertad de las personas entre otras cosas. Echó por tierra varios conceptos sobre economía muy arraigados dentro la psique económica mundial y que a pesar de ello se siguen enseñando en las aulas de clase. Digo, no es una gran sorpresa que eso pase, cuando consideramos que la gran mayoría de la población sigue aceptando como ciertos y absolutos conceptos de física que fueron refutados hace ya bastante tiempo.

Milton (sí, nos llevábamos de piquete de ombligo y todo) decía algo que va más o menos así: Si uno gasta dinero que es propio en sí mismo, entonces nos preocupa cuánto gastamos y en qué lo gastamos. Si gastamos dinero de otros en nosotros mismos, entonces nos preocupa en qué gastamos pero no cuanto gastamos. Sí damos dinero a otros para que lo gasten en sí mismos, entonces nos preocupa cuanto se gasta pero no en qué se gasta. Pero si gastamos dinero de otros en otros entonces no nos preocupa ni cuánto se gasta ni en qué se gasta. Si no se dieron cuenta, este último caso es el de nuestros diputados y senadores al hacer el presupuesto federal.

A pesar de que discutir los conceptos de Milton y su repercusión en la economía mundial sería muy interesante, creo que otros ya lo han hecho por mí y su dominio del tema debe ser mayor al mío.

Lo que quiero retomar de tan ilustre personaje es el profundo entendimiento que tenía de la importancia del dinero. Se que estarán cansados de escuchar que el dinero es lo que mueve a este mundo, pero a qué nivel lo hace es algo que tal vez no tengan del todo presente.

En dos conversaciones separadas que tuve, mis interlocutores me expresaban su creencia o deseo de ver un mundo feliz en dónde no tuvieran que preocuparse por conceptos de economía o dónde el dinero no dominara las decisiones, casi cualquier decisión. Creo que mientras existan sociedades humanas con integrantes que se comporten como seres individuales, un mundo así es completamente imposible.

Y es que tal vez no lo percibamos, pero tenemos una dependencia absoluta del dinero. Puede que una persona se declare indiferente al dinero, que diga que el dinero va y viene, y que la salud es lo que importa, que el amor es lo que guía sus decisiones, que se encuentra en un plano espiritual. Pero para que así sea debe estar viviendo en un asteroide o completamente aislado de la sociedad, en alguna selva o desierto. Y aún ahí, tendrá que realizar trueques de algún tipo con los integrantes de su comunidad.

Y es que ustedes no andan desnudos ¿o sí? (En caso de responder afirmativamente y ser una fémina de no malos bigotes, inviten). Y no cultivaron su comida en su patio ¿verdad? Y si están leyendo esto es que cuentan con servicios como electricidad, internet, una computadora, etc. ¿Se han dado cuenta que gastan dinero continuamente? Y con ello me refiero a un continuo, a una variable no discreta. El simple hecho de prender la luz, conducir un auto, bañarse con agua caliente, o estar sin hacer nada sentado en un cuarto que se renta, gasta dinero. Y si quieren pensar en las comunidades que no cuentan con estos servicios, también piensen en que sus habitantes desearían poder tener acceso a ellos y gastar dinero. Incluso aquellos que no quieren los servicios como las comunidades menonitas, usan velas que se van consumiendo, por lo tanto cayendo en un gasto continuo. No se puede escapar al dinero. Vamos, los monjes shaolines viven de la caridad de la gente de su pueblo que tuvo que obtener las cosas que les dan de algún modo ¿verdad?

Una vez clarificado ese punto la conclusión obvia es que debemos aprender a vivir con el dinero, debemos aprender a tratarlo, a manejarlo, a tenerle el respeto que se merece y finalmente comprenderlo. Y creo que es más fácil comprender a un chino regañando a su congénere. Si podemos llegar a comprender la dinámica del dinero, entonces podemos manejarlo y manipularlo. Y eso es equivalente a manejar a la gente, una interesante forma de dominación.

Déjenme dar algunos ejemplos. El arte plástico es uno muy bueno. Resulta que el buen gusto se compra. Uno no puede tener buen gusto si no tiene una buena cantidad de billetes, pues las mejores obras son caras, muy caras. La calidad y renombre de un artista se basa en el valor monetario de sus obras. Los coleccionistas de arte no adquieren obras por su importancia cultural, sino por lo que les pueda redituar en un futuro. Vamos, un coleccionista no colecciona realmente, especula. Las colecciones de arte son inversiones. Bueno, muchas veces también son caprichos, así como a veces uno quiere un helado de ron con pasas, hay gente que a veces quiere un Kandinsky (por nombrar a alguien famoso y sobre valuado). Dicen que la belleza está en los ojos del observador, y hoy más que nunca eso es verdad, porque hay cada cosa que dicen que es arte y que dicen que es valiosa.

Junto con el mercado de arte, se encuentran las falsificaciones. Y es negocio redondo. Actualmente las obras más redituables son las de arte contemporáneo, los nuevos artistas. Y para un falsificador esto es fantástico, pues son las más sencillas de falsificar. No hay que envejecer artificialmente la pintura, o conseguir lienzos de época, ni nada por el estilo, la obra es nueva. También puede que la obra no sea muy conocida, por lo que no habrá expertos en el tema. Y puede que el estilo del artista sea poner a su hijo de 3 años a dibujar en un lienzo, luego retocarlo un poco y listo! Tenemos una obra maestra. Una muy fácil de falsificar por cierto.

Y tomando el tema de lo ilegal, todo el mercado ilegal también está controlado intrínsecamente por el dinero. Alguien estará dispuesto a realizar una actividad siempre y cuando esta le reporte una utilidad. Entre mayores sean las utilidades, más será el tiempo y el esfuerzo que estará la persona dispuesta en invertir en la misma. Siempre habrá gente que haga las cosas por mera generosidad o locura, pero son los menos, además de que el efecto real de estas personas sobre la sociedad es marginal.

Entonces tenemos el caso de las drogas. Al ser ilegales, se reduce el número de personas que están dispuestas a generarlas. Esto hace que la oferta sea limitada, y entre más se avanza en la lucha contra las drogas, más limitada se hace la oferta. Una oferta limitada con una demanda constante y en crecimiento genera un alza en los precios. Vamos, cada vez se generan mejores ingresos y todos están subvencionados por el gobierno y la lucha contra las drogas (idea que Milton había comentado y defendido). En lugares donde el consumo de hoja de coca es permitido, ciertamente los cocaleros no son ricos. Y no hay carteles y capos de la droga. No como en donde se lo combate férreamente. Además la coca se puede usar para generar otros productos no ilegales. Si la producción y el consumo se regulan, tenemos un mercado no distorsionado en el que la calidad se debe asegurar, en donde las empresas pagan impuestos (las drogas no pagan impuestos, y esos son pérdidas enormes) y no se tiene que invertir en la guerra contra las drogas. Las empresas no tienen ejércitos privados (solo abogados) y bueno, pueden ser más “evil” que los cárteles, pero al menos no son tan estruendosas. El dinero proveniente de los impuestos se puede emplear en tratar a los adictos. Simplemente hay que ver como ya nadie muere por causas de la prohibición del alcohol.

Digo que las empresas son malévolas porque también basan todas sus decisiones en términos monetarios. Es bien sabido que si hay algún elemento que puede ser potencialmente dañino para los trabajadores la regla de decisión es: ¿Qué es más barato, arreglar el problema, o pagar indemnizaciones? Si gana lo segundo, entonces no se hace nada. En muchas otras cosas se sigue esa regla de decisión. Lo mismo en política ambiental. Legislar contra que las empresas contaminen no sirve de mucho como se ha visto. Lo nuevo y lo que parece estar teniendo más efecto es cobrar impuestos sobre contaminantes. Y también generar instrumentos de capitalización basados en la capacidad de la empresa para no contaminar. Eso afecta directamente las finanzas de las empresas y la viabilidad de los proyectos. Ahora dentro de los estudios de factibilidad también deberán introducir lo que cuesta contaminar, que debe tener un nivel casi prohibitivo. Es como el impuesto a cigarros, pero a diferencia del hedonismo individual que lo único que reporta es placer, las empresas deben reportar ingresos.

Sobre la misma línea transita que las iniciativas gubernamentales y las ONG’s no tengan un efecto tan marcado en la sociedad ni tanto éxito como las empresas con un enfoque ambiental o social. Tienen el mismo problema que los legisladores haciendo presupuestos, usan el dinero de otros para otros. Una empresa, insisto, debe generar ingresos, debe tener finanzas sanas. Si lo que hace para lograrlo es útil social o ambientalmente entonces el efecto será benéfico. Empresas dedicas a la venta de estufas solares, de sistemas de recolección de lluvia, de generadores eólicos, bancos dedicados a prestar dinero a gente de escasos recursos para proyectos productivos, etc. El último ejemplo es muy interesante. Se realiza en la India y los préstamos solo se otorgan a grupos de 5 prestamistas. Solo uno se adjudica el dinero, y solo se les presta a los demás cuando el primero empieza a realizar pagos. Hay una efectiva presión del grupo porque todo se haga bien, pues todos necesitan el dinero. De hecho el mercado de las personas de bajos recursos es muy amplio y subexplotado.

Como último ejemplo, algo que vi en la tele no hace mucho. Lo último en intentos para lograr la teoría unificada sobre macro y micro física era la teoría de cuerdas, pero no estaba funcionando muy bien. Había una teoría paralela muy similar y de hecho más avanzada pero con pocos adeptos, llamada la teoría de la supergravedad. Los graduados no querían trabajar en ella porque “ahí no había trabajo, no había dinero”. DINERO. Cuando la teoría de las supercuerdas comenzó a tambalearse se generó otra idea, que era derivada de la teoría de la supergravedad. Y de pronto todo encajó y todo fue lógico y fue bueno. Pero con 10 años de retrazo. Todo porque en esa teoría no había dinero. Osease, si no hay dinero en una actividad, no importa cuan benéfico sea para la humanidad, no se va a realizar. Tan simple como eso. Por eso conocer, entender, manejar y comprender el dinero es tan importante. No es una simple cuestión de avaricia y materialismo. Ojalá fuera tan simple como eso.

Finalmente respondo las dos últimas preguntas que me han hecho acerca de Josian.


¿Es cierto que un josian se divide en hoshins?

Sí, 6 para ser exactos

¿Cómo se puede obtener un hoshin?

No se sabe. Lo que es sabido es que en caso de encontrar como obtenerlo, su precio estará en paridad con el Audi allroad o el auto que lo haya sustituido.

1 Comments:

At 10:52 AM, Blogger vFig said...

Como dicen: "El dinero no es la llave a la felicidad... pero con eso le sacas un duplicado".

 

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